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Normas de Valoración

1. Coste Histórico o Coste

El coste histórico, también conocido simplemente como coste, es una norma fundamental de valoración en contabilidad que establece que los activos, los pasivos y el patrimonio deben registrarse inicialmente al valor de la transacción en el momento en que se adquieren.

Para los activos, este coste incluye no solo el precio de compra, sino también cualquier otro costo directamente atribuible a la preparación del activo para su uso previsto, como los costos de transporte, instalación y puesta en marcha. Una característica clave del coste histórico es que, una vez establecido, generalmente no se ajusta para reflejar los cambios posteriores en el valor de mercado del activo o los efectos de la inflación.  

El coste histórico proporciona una base objetiva y fácilmente verificable para la valoración de los elementos de los estados financieros, ya que se basa en transacciones reales que han ocurrido. Sin embargo, una limitación importante es que el coste histórico puede no reflejar el valor económico actual de un activo, especialmente si ha pasado mucho tiempo desde su adquisición o si el mercado en el que se negocia ese tipo de activo ha experimentado cambios significativos.

1.1 Ejemplos de Activos Valorados al Coste Histórico:

Una amplia gama de activos se valoran utilizando el principio del coste histórico. La propiedad, planta y equipo (PP&E), que incluye elementos como terrenos, edificios, maquinaria y equipos, es un ejemplo principal de activos que se registran inicialmente a su coste histórico. El inventario, que representa los bienes mantenidos para la venta en el curso ordinario del negocio, también se valora generalmente a su coste histórico, aunque puede estar sujeto a ajustes posteriores si su valor neto realizable cae por debajo del coste.  

Estos ejemplos ilustran cómo el coste histórico se aplica principalmente a los activos tangibles que una empresa utiliza en sus operaciones para generar ingresos a lo largo del tiempo.

La razón de utilizar el coste histórico para estos activos es que proporciona una medida inicial fiable y verificable de su valor. Sin embargo, es importante recordar que, con el tiempo, el valor económico real de estos activos puede diferir significativamente de su coste histórico debido a factores como el uso, el desgaste, la obsolescencia y las condiciones cambiantes del mercado.  

1.2 Ejemplos de Pasivos Valorados al Coste Histórico:

Los pasivos también se valoran inicialmente utilizando el principio del coste histórico. Los préstamos recibidos por una empresa y las cuentas por pagar a sus proveedores son ejemplos comunes de pasivos que se registran inicialmente por el importe de la obligación en el momento en que se incurre en ella. En el caso de un préstamo, el coste histórico sería el importe principal recibido, mientras que para las cuentas por pagar sería el importe adeudado por los bienes o servicios recibidos.  

Al igual que con los activos, el coste histórico de los pasivos proporciona una medida inicial objetiva de la obligación financiera de una empresa. Sin embargo, es importante señalar que el valor actual de estos pasivos también puede cambiar con el tiempo debido a factores como las fluctuaciones en las tasas de interés o los cambios en la solvencia crediticia de la empresa.

1.3 Ventajas del Coste Histórico:

El principio del coste histórico ofrece varias ventajas. Es sencillo de entender y aplicar, proporciona una medida objetiva del valor basada en una transacción real y es relativamente fácil de verificar a través de la documentación de la transacción original. Además, generalmente es más coste-efectivo de implementar en los sistemas contables en comparación con otros métodos de valoración que requieren actualizaciones continuas del valor de mercado.  

1.4 Desventajas del Coste Histórico:

La principal es que no refleja el valor de mercado actual de los activos o pasivos, lo que puede ser especialmente problemático en períodos de inflación o deflación significativas o cuando el valor de mercado de un activo ha cambiado drásticamente con el tiempo. Esto puede llevar a que los estados financieros presenten una imagen desactualizada del valor real de los activos de una empresa, lo que puede ser engañoso para los inversores que buscan evaluar el verdadero patrimonio de la entidad.